20*. El Señor ha
permitido que su luz brillara sobre nosotros en estos últimos días, para que la
oscuridad y las tinieblas que se han estado juntando en las pasadas
generaciones debido a una complacencia pecaminosa, pudieran ser en cierto grado
despejadas, y para que el tren de los males que han resultado debido a la
intemperancia en él comer y en el beber, pudiera ser disminuido.
El Señor proyectó
con sabiduría colocar a su pueblo en una posición en, que se separara del mundo
en espíritu y práctica, y en que sus hijos no fueran inducidos con tanta
facilidad, a la idolatría, mancillándose con las corrupciones prevalecientes de
su época.
Es el propósito de Dios que los padres creyentes, y sus hijos se
presenten
como representantes vivos de Cristo, candidatos para la vida eterna.
Todos los que son participantes de la
naturaleza divina escaparán a la corrupción: que está en el mundo por la
concupiscencia. Es imposible que los que gratifican el apetito alcancen la
perfección cristiana.
21*. Dios ha permitido
que la luz de la reforma pro salud brillara sobre nosotros en estos días
finales, para que 25 andando en la
luz escapemos a muchos de los peligros: a que estaremos expuestos.
Satanás está obrando con gran poder para
inducir a los hombres a dar rienda suelta al apetito, a gratificar la
inclinación y a gastar sus días con descuidada insensatez.
Presenta las
atracciones de una vida de disfrute egoísta y de complacencia sensual. La
intemperancia absorbe las energías tanto de la mente como del cuerpo.
El que es
así vencido, se ha colocado en el terreno de Satanás, donde será tentado y
molestado, y finalmente dominado a gusto por el enemigo de toda justicia.
22*. A fin de preservar
la salud, se necesita la temperancia en todas las cosas:
temperancia en el
trabajo, temperancia en el comer y en el beber.
Nuestro Padre celestial envió
la luz de la reforma pro salud como protección contra los males resultantes de
un apetito degradado, a fin de que los que aman la pureza y la santidad sepan
cómo usar con discreción las buenas cosas que él ha provisto para ellos, y a
fin de que por el ejercicio de la temperancia en la vida diaria, puedan ser
santificados por medio de la verdad.
23*. Téngase siempre
presente que el gran objeto de la reforma higiénica es asegurar el más alto
desarrollo posible de la mente, el alma y el cuerpo. Todas las leyes de la
naturaleza -que son las leyes de Dios- han sido ideadas para nuestro bien. Su
obediencia promoverá nuestra felicidad en esta vida, y nos ayudará a
prepararnos para la vida futura. CRA/EGW/MHP